viernes, 22 de junio de 2012

El Deseo Sexual...como aumentar.



El deseo sexual o libido es un impulso natural que lleva al individuo a desear mantener una relación sexual. El deseo sexual es el que provoca la excitación, la erección del pene en el hombre y la lubricación vaginal en la mujer.

Para que se produz­ca la libido o deseo sexual intervienen el cerebro, las hor­monas, factores psicológicos y fac­tores externos.
El deseo tiene diferencias entre el hombre y la mujer, si bien pueden tener la misma intensidad, en el hombre no tiene altibajos en cambio la mujer atraviesa por varios niveles durante el mes.

EL DESEO SEXUAL EN LA MUJER
La libido de la mujer pasa por diferentes etapas debido a los cambios hormonales que se producen durante el ciclo menstrual.
El deseo sexual de la mujer aumenta en los días previos a la ovulación y en el trans­curso de esta y el nivel más bajo en los días previos a la menstruación.

EL DESEO SEXUAL EN EL HOMBRE
El deseo sexual de los hom­bres no tiene ciclos de inten­sidad o disminución, excep­to ciclos estacionales como puede ocurrir, durante el in­vierno, que se produce un descenso en la producción de testosterona.
La testosterona es la llama­da hormona del deseo y la esencia de la masculinidad. La testosterona, aunque en pequeñas proporciones, está presente también, en el or­ganismo de las mujeres y su carencia provoca, igual que en el hombre, una notoria dis­minución de la libido.
La falta de deseo sexual, es denominada también deseo sexual inhibido, deseo sexual hipoactivo o anafro­disia.
Este problema es una de las disfunciones sexuales más comunes.

COMO AUMENTAR EL  DESEO  SEXUAL
  • Lo primero es buscar que es lo que causa la falta de deseo sexual, si se trata de un problema orgánico, de un medicamento que se está to­mando, de un problema psi­cológico o es una situación pasajera.
  • En los primeros dos casos, lo mejor, es recurrir al médi­co para tratar la enfermedad de base o sustituir el medica­mento que está causando la pérdida de deseo, por otro fár­maco que no tenga esas con­secuencias.
  • Si hay un descenso en los niveles hormonales, existen parches de testosterona que se aplican en la piel y dan muy buenos resultados en la recuperación de la libido.
  • Si el problema está causado por el aburrimiento en uno o ambos miembros de la pare­ja hay que pensar en cam­biar la rutina del sexo.
  • Un cambio en el ambiente para lograr mayor intimidad, como otras luces, unas velas aromáticas, unos masajes con una crema a la que se agregó unas gotas de algún aceite afrodisíaco, puede lo­grar aumentar el deseo sexual de una pareja.
  • Hay que dejar de lado las inhibiciones y los tabúes, muchas veces el sexo se torna aburrido por no ani­marse a manifestar lo que realmente se desea, por vergüenza o miedo de lo que el otro piense.
  • Esos temores llevan a una rutina sexual en la que todo se repite exactamente igual, solo falta ponerle un número a los movimientos ya que siempre se repite la misma serie, el mismo día, mismo lugar, misma hora y de la mis­ma posición.
  • Para aumentar el deseo sexual, hay que provocar ese deseo y eliminar la rutina que sólo conduce al aburri­miento, expresar que se ne­cesita un cambio para vol­ver a sentir deseo y pregun­tar a la pareja que fantasías sexuales tiene e intentar lle­varlas a cabo.
  • Mirar juntos alguna pelí­cula erótica, usar lencería sexy, crear un clima de ero­tismo en cualquier momen­to y no sólo en el momento de llevar a cabo la relación sexual.
  • El juego de seducción debe estar presente todo el tiem­po, incentivar el apetito sexual en momentos y luga­res donde se sabe que no se va a llegar a la relación, para que haya el encanto de la cosa prohibida.

Lo que tenemos que evitar es que los problemas de pareja, no se vayan acumulando, cuando exista algo que no nos gusta, lo mejor es hablar con la pareja y decirle que es lo que pensamos y queremos, si no vamos descargando esos detalles a tiempo, se va haciendo un problema cada vez más grande, como una bola de nieve y al final termina por explotar todo el problema, con consecuencias a veces irreconciliables.

 Las relaciones intimas de pareja son fundamental en una pareja, así que aprende y disfruta del Sexo.
 porque noche que pasa ya no regresa.

 



viernes, 8 de junio de 2012

Impotencia Sexual


En primer lugar no hay alarma frente a la disfunción sexual porque el cuerpo genera momentos de reposo y de actividad. El 90% de los hombres puede perder una erección después de estimular a una mujer.

Esto hace par­te del riesgo que se corre cuando un hombre ha tenido una larga jornada laboral, ha bebido más de la cuenta o está en etapa de recu­peración de una enfer­medad. Contrario a la creencia, este no es un tema exclusivo mascu­lino, las mujeres tam­bién pueden tener caídas en su erección.

SABIAS QUE...
Aunque se trata de una pesadilla para los hom­bres, si llega a presentarse no sólo los afecta a ellos, sino a la pareja en su conjunto.
Uno de los mayores temores de los hombres es justamen­te no lograr la erección, vale decir, la impotencia. Es un asunto que pocas veces re­velan. Por lo mismo, catalogarlos de impotentes puede convertirse en una de las bro­mas crueles a las que son so­metidos en la adolescencia, siendo ellos los primeros en defenderse tomando dichos comentarios como una verda­dera ofensa a su virilidad.

TRASTORNOS FISICOS
En este grupo podemos enu­merar el alcoholismo, diabe­tes, lesiones cerebrales o de médula espinal, hipogonadis­mo que conduce a niveles bajos de testosterona (la hor­mona sexual masculina), en­fermedad de Parkinson y al­gunos tipos de cirugía a la próstata o vejiga. Asimismo, y según explican expertos, si no puede mantener el nivel del azúcar en la sangre o su pre­sión sanguínea bajo control, podría derivar en disfunción eréctil. Beber demasiado al­cohol, fumar en exceso y abu­sar de drogas también pueden tener las mismas consecuencias. Vale decir, es fun­damental una vida sana para una sexualidad acorde.

EL FACTOR MENTAL
Ahora bien, dados los estu­dios realizados en este mo­mento, las principales cau­sas radican en el estilo de vida que llevan los hombres, el que conduce directamente al estrés. Así llegamos a las causas psicológicas, las que si bien alcanzan sólo entre un 10% y un 20% de los ca­sos, no debe pasarse por alto. En este aspecto encontra­mos el sentirse nervioso con respecto al sexo.

¿QUE HACER?
Si el asunto que causa la im­potencia es netamente psico­lógico, debe trabajarse en conjunto con la pareja, des­pués de todo, es un asunto que los involucra a los dos, ya que impide que la vida sexual se desarrolle con normalidad. La idea es ir explorando ideas y propuestas para hacer el amor comunes, explici­tando miedos y tabúes.
En este sentido cobra impor­tancia el remover tabúes acer­ca de cuestiones absoluta­mente arraigadas en nuestra sociedad, como tamaño del miembro y fantasías acerca de ello, tipo y número de ac­tuaciones sexuales, impoten­cia “como preaviso” del envejecimiento, y malas  experiencias como pre­cursoras de una activi­dad sexual angustiante. Bajar la ansiedad y la obligación de mantener relaciones sexuales ge­nitales, puede aliviar la tensión y la ansiedad que provoca la necesidad de cumplir. Muchas veces esto se alcanza por sí mismo para generar el trastorno y sostenerlo.Si quieres destacarte para ser un buen amante toma estos consejos.